¿El Sexo Entre Hombres es Antinatural? (Romanos 1)


Cuando se trata de versículos bíblicos utilizados para declarar la homosexualidad como un pecado, aquel que la mayoría de las personas emplea como evidencia irrefutable es Romanos 1:26–27:

26 Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. 27 Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes y recibieron sobre sí mismos el castigo que merecía su perversión.

Este pasaje cumple todos los requisitos que los cristianos anti-gays necesitan:

  • Habla tanto sobre el sexo gay como sobre el lésbico (siempre se trata solo del sexo gay en otros versículos controvertidos).
  • Califica estas relaciones sexuales como “antinaturales” y las relaciones heterosexuales como “naturales.”
  • Describe a la comunidad gay como indecente y lujuriosa.
  • Penaliza a los hombres gay “por su perversión.”
  • Está en el Nuevo Testamento.

Parecería que estos versículos confirman absolutamente que los cristianos anti-gays tienen razón al condenar todo comportamiento homosexual y querer penalizarnos por ir en contra de la naturaleza. Bueno, no siento decir que incluso estos versículos, tan claros y concisos como parecen, no condenan el sexo homosexual en su totalidad.

Al igual que con cualquier otro versículo en la Biblia, el contexto y la lingüística son importantes. Es fácil sacar versículos de contexto y usarlos contra las personas, ya que entender el contexto requeriría leer cuidadosamente la Biblia y, a menudo, darse cuenta de que lo que se pensaba que era un hecho, en realidad es incorrecto.

Antes de adentrarnos en el contexto de estos versículos, hablemos sobre lo que significa “natural”. Hay dos definiciones interesantes en el diccionario. La primera dice: “existente o causado por la naturaleza; no hecho o causado por la humanidad.” Y la segunda dice: “de acuerdo con el carácter o la composición de alguien, o con las circunstancias que rodean a alguien o algo.” Diría que ambas definiciones se complementan entre sí.

En cuanto a la relación sexual, el sexo entre varones es natural. La humanidad no inventó el sexo gay, ni es exclusivo de la humanidad. De hecho, Bruce Bagemihl, un biólogo canadiense, estudió este tema y documentó comportamientos homosexuales en más de 450 especies de animales, aunque el número real probablemente sea mayor a 1,500. Y el neurocientífico británico Simon LeVay, autor de “Gay, Straight, and the Reason Why: The Science of Sexual Orientation,” describe en su libro que “alrededor del 10% de los carneros (machos), se niegan a aparearse con ovejas (hembras) pero sí se aparean fácilmente con otros carneros.” El sexo gay es natural. Curiosamente, lo que no se observa fuera de la humanidad es la homofobia. Según esta definición, la homofobia es antinatural.

Ahora hablemos sobre la segunda definición de natural. Es algo que está de acuerdo con el carácter o la composición de una persona. Dado que nuestra orientación sexual es algo con lo que nacemos, no algo que elegimos o desarrollamos, lo natural para nosotros como hombres homosexuales es tener relaciones sexuales con hombres, no con mujeres. En ese caso, lo que sería antinatural para un cristiano gay sería tener relaciones sexuales con una mujer, ya que eso iría en contra de su naturaleza. Del mismo modo, sería antinatural para un hombre heterosexual tener relaciones sexuales con otro hombre.

Para entender por qué estos hombres y mujeres “cambiaron las relaciones sexuales naturales por las que van en contra de la naturaleza,” necesitamos mirar el contexto de estos versículos, así que profundicemos en eso. Para entender el contexto, solo tenemos que leer unos cuantos versículos antes del 26 y 27. El hecho de que el versículo 26 comience con “Por tanto” nos dice que algo vino antes. Entonces retrocedamos a los versículos 21 al 25 para entender de qué se trata todo este pasaje:

21 A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos y se les oscureció su insensato corazón. 22 Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios 23 y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles.

24 Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. 25 Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a cosas creadas antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén.

Dado que estos versículos no son tan simples de entender como los 26 y 27, es fácil descartarlos para centrarse en los que no requieren tanto raciocinio. Pero aquí no los vamos a descartar, aquí los vamos a analizar.

En primer lugar, echemos un vistazo a algunos términos clave: vergonzoso, antinatural, encendidos en pasiones, impureza sexual y degradación de cuerpos. ¿Algo de eso suena a relaciones sexuales amorosas y consensuadas entre dos hombres casados? No, porque, una vez más, eso no es lo que se describe en estos versículos.

Entonces, ¿qué tienen que ver los versículos 21 al 25 con el sexo gay? Estos versículos hablan sobre la creación de imágenes (ídolos) para que parezcan otros humanos y animales, adorando cosas creadas, algún tipo de rito sexual, etc. Entonces, ¿cómo se relaciona todo eso con los versículos 26 y 27? La respuesta es que estos versículos están hablando del culto pagano en templos. En los rituales paganos, las prácticas homosexuales eran bastante comunes como formas para que sus participantes (incluidos los heterosexuales) se comuniquen con los dioses, se conecten entre sí, se iluminen, transfieran energía, etc. Esto habría sido conocimiento común en Roma en el momento en que Pablo escribió Romanos, por lo que su descripción de las relaciones sexuales homosexual, cuando se combina con descripciones de idolatría, habría sido interpretada por sus lectores como una referencia al culto pagano en los templos.

Es evidente que el paganismo iba en contra de las enseñanzas de la Biblia incluso antes de Jesús. El primer mandamiento de los diez mandamientos dice: “No tengas otros dioses además de mí.” (Éxodo 20:3). En estos versículos, Pablo se refiere a las prácticas homosexuales paganas, no a la homosexualidad en su totalidad. Al igual que con los otros versículos utilizados para denunciar a los cristianos homosexuales, estos no se refieren a una relación amorosa, consensuada y monógama entre dos hombres homosexuales.

Es irónico que los cristianos anti-gays utilicen estos versículos para llamarnos antinaturales cuando en realidad, es la homofobia la que es antinatural. Estos cristianos aman citar Romanos 1, incluso aunque pocos versículos más adelante, al comienzo de Romanos 2, Pablo habla en contra de juzgar a los demás:

Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo

Jesús no nos llama a juzgarnos unos a otros; nos llama a amarnos unos a otros. El punto entero de los primeros tres capítulos de Romanos es demostrar que absolutamente todos han pecado, PERO somos salvados por el sacrificio de Jesucristo. Romanos 3:23–24:

...pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.

Estos versículos no condenan la homosexualidad en su totalidad, especialmente no cuando se trata de relaciones amorosas, consensuadas, y monógamas entre parejas del mismo sexo. Sí, ciertos comportamientos homosexuales fueron condenados, así como ciertos comportamientos heterosexuales fueron condenados a lo largo de la Biblia. Usar estos versículos para condenar a toda la comunidad gay es ignorante, triste, divisivo, y equivocado.

Te invito a orar conmigo para que los ojos del mundo se abran a la verdad sobre lo que la Biblia dice acerca de la homosexualidad. Tomará mucho tiempo para que las personas desaprendan lo que pensaron que era correcto, pero tengo fe en que eventualmente llegaremos allí. ¡Amén!